Riquiiiiiissiiiiiisiiiiiima! Desde que vi esta receta en el blog de Alma he querido hacerla. (Sí, Alma, no nos conocemos, pero me encanta todo lo que haces y te copio muchas cosas, pero pongo siempre que son tuyas, qué conste.) Y la oportunidad me la dió mi padre. El lunes llegó y me dijo así como de pasada: " El jueves voy a comer con los "chicos" (ejem), ¿me haces algo para llevar?" Y yo me dije: " claro, la tarta de cerezas borrachas".
Y es que tenía unos botes de cerezas envasadas al kirsch, que no sabía muy bien qué hacer con ellas, porque desde luego sólas no se podían comer, y menos si luego ibas a conducir, porque emborrachaban sólo con el olor, así que me dije, "para la tarta". Y manos a la obra.
Hice un bizcocho sencillo de vainilla, bien empapado en el almíbar de las cerezas, en dos capas puse mermelada de cerezas y buttercream de cerezas, con las cerezas partidas a la mitad. En otra capa, puse ganaché de chocolate. La cubierta también es de ganaché y las calabacitas de halloween, son compradas en los madriles. Una cucada!.
Desgraciadamente, para mi padre y sus amigos, en Tenerife, estamos instalada una borrasca desde hace dos días, que nos ha tomado cariño, y como la comida era en una casa rural, pues lamentablemente se tuvo que posponer. Y digo, lamentablemente porque la tarta se ha quedado en casa y nos la hemos tenido que comer nosotros, ¡una verdadera desgracia! La dieta a la porra, pero es que está buenísima. Ya la probamos de postre en el almuerzo, pero ya estoy pensando que en la merienda va a caer otro pedazo con un cortadito. Eso sí, el cortado, con sacarina. ;)