La semana pasada ya les adelanté algunas fotos de la estructura que estabamos creando para hacer nuestro avión.
El detalle de todo el artilugio de las luces con sus cables, interrruptor y pila. Detrás se pueden ver todas las herramientas porque esto parecía una carpintería.
Aquí está ya el tablero preparado para poner la base de la tarta. Pretendíamos poner el bizcocho y luego hacer el agujero, pero no fue posible porque había que apretar la tuerca de la base, así que tuvimos que hacer el agujero del bizocho y luego introducirlo a través de la barra. Uff, qué miedo pasamos.!!!
La barra de tornillo de rosca sinfín iba protegido por una cañita para que no tocara el bizcocho, y la tuerca protegida por papel film.
El bizcocho ensartado. Por supuesto el avión tenía que volar sobre las islas canarias. Con glasa hicimos las olas.
Las alas no se comían, así que hicimos la plantilla en cartón, pegamos debajo las luces y los cables y las forramos con fondant.
El cuerpo del avión es de bizcocho tallado y los alerones son de obleas de las de helado, cortadas a medida, forradas de fondant y luego insertadas en el bizcocho.
Aquí debemos comentar, que aunque lo difícil parecía que era que el avión se mantuviera en la estructura, pues no, lo dicícil fue que el fondant se mantuviera en el avión, se pegaba, se deslizaba, estaba superblando... un asco. Al final tuvimos que dejarlo a las 12 de la noche porque ya no dábamos más. Dejamos el fondant estirado para que se secara y por la mañana lo volvimos a forrar. Un asco, de verdad. Toda la noche sin dormir, pensando cómo hacer.
Lo que no pudimos poner fue los motores, porque no había forma de que se mantuvieran y amenazaban con hacer caer las alas, así que decidimos no ponerlos y parece que Antonio nos perdonó.
Estas dos fotos las pongo a oscuras para que vean las luces de las alas encendidas, que para que vean que hasta haciendo tartas se aprende de todo, la roja va a la izquierda y la verde a la derecha.