Ahora están muy de moda los dibujos de la Ladybug, y ya están pidiendo tartas de esta personaje, como hizo mi sobrina hace poco, pero en esta ocasión era una tarta de una mariquita de toda la vida, o sarantontón, como se dice por aquí.
La tarta era para la niña de una compañera de trabajo que cumplía un año. Su marido no estaba muy convencido de encargar una tarta de fondant porque ya había tenido expereincia con la suya de boda, que estaba muy seca. Después de asegurarle que estaría bien húmeda se decidió y nos la encargó.
Al final les gustó, estaba bien húmeda como le prometí, ya que a mi no me gustan esas que son como un bizcocho seco y sin nada de cremita. Yo suelo humedecer el bizcocho con almíbar y las capas de bizcocho las hago bien finas. Por ejemplo, estos bizcochos de 10 cm tienen cuatro capas de bizcocho y tres de crema. Creo que se acerca más a los gustos de las tartas en España, a lo mejor no quedan tan lisas por fuera, pero hay que intentar en la comida que entre por los ojos y la boca, no?
En esta ocasión es de chocolate y frutos del bosque.
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