No sé porque se han puesto tanto de moda estas tartas de unicornio ahora. He estado viendo muchísimas que me llegaban por fb, o pinterest y claro, he caído y me han encargado una. He intentado combinar algunos elementos que me gustaban de varias que he visto ya que la mama´que me la encargó me dijo que tenía libertad para hacer lo que quisiera. Así que unas flores por aquí, unas crines por allá... y eso sí, todo de fondant, porque con la crema de matequilla y estos calores no me fío.
Trabajar el fondant con estos calores es un reto, así que no insistí mucho en los bordes rectos porque el fondant tenía tendencias a abrirse.
La tarta es de ganache de dos chocolates, negro y blanco, ya que a la cumpleañera no le gusta otra cosa. Por cierto, su reacción al verla no tenía precio, se quedó con la boca abierta sin poder decir nada y miraba a la madre y a la tarta sin creerselo.... jejeje, eso sí que hace valer el esfuerzo de luchar con el fondant y el horno con 32º de temperatura en el exterior.