Jake y los piratas de Nunca Jamás

La verdad es que nos hace mucha ilusión hacer tartas infantiles. Supongo que porque mi hermana y yo tenemos hijas pequeñas y ellas van viendo el proceso de las tartas y nos encanta ver sus caritas, aunque la verdad es que son unas críticas feroces y siempre encuentran el detalle que falta o que no  se parece y nos lo hacen saber bien clarito. Al menos eso, nos hace estar al día y no bajar la guardia ni un momento e intentar superarnos en cada momento. 

 Hemos intentado poner todos los elementos importantes de los dibujos. En este caso, Jake, el cofre del tesoro, el loro, la isla y el plano para encontrar a Pablo que cumple sus 3 añitos. 

Esta tarta en concreto va a viajar de Tenerife a Las Palmas y todas las cosas tienen que estar muy bien pegadas para evitar roturas y accidentes, así que todos los elementos están pinchados con palillos a la tarta. 

Los troncos de las palmeras están hechos con rollos de papel, (lo siento, es lo único que no se puede comer porque no encontramos barquillos que hubiera sido lo ideal) cubiertos de fondant. Les hicimos las marcas del tronco cortando con las puntas de una tijera y luego abriendo esas muescas un poco. Para darles más consistencia los rellenamos de fondant y luego los "ensartamos" con un palillo de brocheta y lo enterramos en la tarta. Estos no se caen aunque el barco vaya escorado. 

Luego las hojas de las palmeras. Nos gustaron como quedaron, texturizadas y todo y con sus cortes, pero el problema era que quedaran fuertes para  que lleguen de una pieza. Lo que se nos ocurrió fue poner una base de goma eva, pegar las hojas encima con glasa y la goma pegada a los troncos con una bolita de fondant. De momento aguantan y esperemos que así sigan. El efecto final a nosotras nos gusta, pero claro, que vamos a decir nosotras. Ah sí!, a nuestras hijas también les gustó, así que ese exámen lo hemos pasado.  

La arena de la isla está hecha con galletas molidas. Las monedas del cofre están estampadas con una corona, gracias a una mini-monedas que tiene mi hija de las princesas de los play-mobil (que mira que me he quejado de que hagan esas cosas tan pequeñas cada vez que las tengo que recoger por todo el salón, pero al final han servido para algo).

Y aquí está Jake, descansando tranquilamente debajo de una palmera después de una dura jornada de evitar que el Capitán Garfio se quede con su cofre y su inseparable amigo el loro Skully.

Sólo nos queda esperar que la tarta llegue a su destino de una pieza para que Pablo la vea entera y la disfrute tanto como nosotros haciéndola.