La tarta es un modelo de Tartricia que nos mandaron los futuros papás para ver si podíamos reproducirla. Como siempre hicimos nuestra propia versión, pero no quedó mal, y sobre todo, que tanto a los papás como a los abuelos les encantó (creo que a los abuelos les hubiera gustado cualquier cosa con esa noticia tan dulce).
Las patas de la cigueña eran lo que más miedo nos daba hacer porque no sabíamos de qué hacerlas para que aguantaran. Al final nos decidimos por hacerlas con cañitas de esas que tienen un fuelle para doblar la parte de arriba. La forramos de fondant y listo, el resultado quedó bien y no se cayó porque nos permitió enterrarla un poco por los dos extremos en la tarta y así iba muy segura.
Detalle del bebé con su dedito en la boca
Detalle de la carita de la cigueña que con la lata que nos dió el pico para que se mantuviera en su sitio...
La tarta era de chocolate y fresa.
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