Sheila se casa y quiere que le hagamos la tarta de su boda. Aún falta mucho tiempo, es en Octubre, pero le gusta tener todo atado con tiempo, la verdad es que la entiendo porque yo soy una controladora también. El caso es que quería probar la tarta de limoncello que le dije que podía quedar bien porque es un sabor fresco y nada empalagoso.
Le hice unos cuantos pastelitos con distintos diseños sobre la idea que ella me había dado, que eran muy blancos. Y aquí está el resultado!!!
A Sheila y a su madre les gustó mucho el sabor y la presentación. Se llevaron los demás para que los probara su novio. Ya veremos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario