Esta semana ha sido una locura, en algún momento creimos que no saldría todo, pero al final lo hemos conseguido y el resultado nos ha gustado, pero sobre todo les han gustado las tartas a los amigos que nos las pidieron, que es lo importante, jajajja.
La primera tarta fue de una mesa de billar. Tiene delito, porque yo jugando al billar puedo matar a alguien de un bolazo, un tacazo, o romper el tapete, pero bueno, con bizcocho la cosa parecía más llevadera. Aunque al final, no fue tan fácil como prometía. Las tartas de fondant que llevan líneas rectas son bastante complicadas de hacer, al menos, a nosotras así nos lo parecen, porque intentar que esta masa flexible quede bien derechita donde tú quieres que quede, es un reto, pero ahí vamos intentando domarla un poco cada día. Además por muchos cursos y tutoriales, al final esto funciona por ensayo y error, y hay que equivocarse muchas veces para que al final salga bien.
Bueno, no me enrrollo más y les pongo las fotos de cómo preparamos las cosas y el resultado final.
Aquí tenemos los elementos principales de la decoración, los que iban a ir en la mesa de billar: Las bolas, el triángulos, el taco, los palos y...... la jarra de cerveza (parece que también debe ir siempre en un lateral de la mesa, jajajajaj). Ahora los elementos colocados en la tarta. Lo que más trabajo nos dió, fue intentar que las distintas partes, el tapete verde, el filo de madera, y la parte negra de abajo, quedaran bien alineadas y rectas. Quedó bien, pero es manifiestamente mejorable.
El relleno de la tarta es de trufa, crema de naranja y bañada en almíbar de naranja con Cointreau.
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