El 30 de mayo los padres de la clase de mi hija hicimos una comida de fin de curso, donde invitamos a su profesora, que lleva dos años con ellos y el próximo curso cambiará de clase, así que quisimos hacerle una despedida y darle un regalito de parte de todos ellos.
La verdad es que un grupo de madres se encargó de toda la organización: el sitio, la comida, recoger el dinero, comprar el regalo, alquilar un castillo hinchable para los niños.... fue un trabajo increíble, porque eramos un montón de gente pero la verdad es que todo salió genial y pasamos un día muy bueno. ¡Gracias chicas!
Además de todo lo que estaba preparado cada familia llevó algo de comer para completar y claro, yo llevé la tarta.
En la tarta estaba la profe Elena, leyendo un cuento y con todos los niños de la clase alrededor, en forma de ceras personalizadas, porque cada cera llevaba el nombre de un niño. Por supuesto no esperaron a partirla, las ceras desaparecieron sobre la marcha, lo cual indica que Elena ha hecho un buen trabajo, ya que todos los enanos de 4 años reconocen su nombre perfectamente jajajaja.
La tarta es de frambuesa y ganaché de chocolate. Esta combinación está buenísima, que para una vez que la puedo probar.....
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