Hace unos días nos mandó un mensaje un chico, que había probado una de nuestras tartas, para encargarnos una para su hijo de 8 años, que es un fanático del Titanic. Resulta que este chico es un antiguo compañero del colegio, que no veía desde hacía años, así que al llevarle la tarta nos hemos puesto un poco al día y me ha dado mucha alegría verlo, a parte de que me hacía ilusión hacerle la tarta. Claro, que fue antes de que me dieran ganas de machacar a la pobre tarta. El caso, es que estas tartas, que hay que hacerlas todas sobre la marcha y no te permiten adelantar nada de trabajo, ni preparar detalles ni nada, crean mucho stress, porque aunque tienes diseñado lo que quieres hacer al ir poniendo las piezas de bizcocho y de fondant hay que ir improvisando sobre la marcha..... y esta no lleva flores que permitan tapar algún defectillo, jajajajaja.
La tarta nos la habían pedido de chocolate y crema pastelera. El bizcocho de vainilla y calado con almíbar de vainilla.
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